lunes, 28 de junio de 2010

dolor

Dolor. Dolor. Dolor de alma, dolor de corazón. Ese es el dolor por excelencia. Ese que no se ubica en ningún lado y que lo ocupa todo. Ese que no se despega, que nos persigue, que parece que nunca más va a abandonarnos. No sangra, no hay masaje que lo atenúe ni pastilla que lo quite. No se puede escayolar, ni coser, ni siquiera untar con ningún ungüento, ni pomada, ni pócima de yerbajos. Ese que nos despierta por la noche y que por un segundo pensamos que quizás haya sido una pesadilla, pero que cae sobre nuestra almohada como losa, ese que nos corta como cristal, que nos congela como hielo, que nos agota como el hambre.

Ese dolor que analizamos, que intentamos diseccionar, racionalizar, que observamos desde perspectivas diferentes a lo largo del día, que pasa de negro a gris, de gris a otro gris, que se vuelve siempre negro. Ese dolor que nos borra la sonrisa y las ganas, las ganas de todo y que parece que solo nos deja las de sentirlo, las de regodearnos y empaparnos en él hasta las entrañas. Ese nudo que se afloja a golpe de lágrimas que caen rodando a la carrera, que salen en soledad, en compañía, que se agolpan en la garganta por una palabra, por una imagen, por un olor. Dolor que se mete bajo las uñas, entre el pelo, en los zapatos.

Alguna vez lo hemos sentido, y alguna vez más lo sentiremos. Y como alguien nos dijo aquellos días, y como dijimos a alguien en aquellos, sus días, tarde o temprano pasa de largo. Un día, despertamos y ya no duele tanto, ya no pesa tanto, nos da alguna tregua a ratos y nos sorprende a nosotros mismos pensando en su ausencia. El gris se clarea, y empiezan a asomar otros sonidos y otros sabores, y el olor del mundo empieza a distinguir diferentes fragancias.

Solo hay una diferencia. El dolor que nos hacen, algún día se cura. Llega un momento en que se va, en que se despide, en que el torbellino que formaba en tu cuerpo desde los pies a la cabeza se va abriendo cada vez más, hasta que se desvanece, hasta que se destruye... pero el dolor que uno hace, ése se queda contigo. Se aprende a esquivar, a ahogar, a silenciar. Se intuye sin mirarlo, y uno siente su aliento en la nuca. El dolor que uno da a otro, no se queda en el otro, se queda en tí, se esconde a ratos, y se hace viejo compañero de viaje.. se capea, se aprende a apartarlo de la mente de un manotazo, y se le coge el tranquillo para manejar con energía, con ese dolor, se aprende a vivir, porque ese dolor...ése, te acompañará siempre.

jueves, 24 de junio de 2010

superpoderes de heroína

¿Si fueses un héroe, si pudieses elegir un superpoder, qué magia elegirías?

Yo lo tengo absolutamente decidido. Sería transparente. Tendría un botón en algún lugar secreto, en el ombligo o en el dedo meñique del pie izquierdo que me permitiese hacerme invisible-visible con solo pulsarlo una vez. Por supuesto, hacerme invisible me permitiría volatilizarme, es decir, que atravesaría por ósmosis las paredes, las puertas, y podría acceder a cualquier lugar.
Me colaría en la Casa Blanca, en el Vaticano y en el salón del reino de los testigos de Jehová (siempre tuve mucha curiosidad cuando les veo entrar vestidos de etiqueta a golpe de martes...).

Descubriría los secretos del papa, viajaría gratis con iberia por todo el mundo y desenmascararía a los asesinos en Ciudad Juárez, a pederastas en colegios, a políticos corruptos y sectas destructivas. Me enteraría por fin a qué se dedica la ONU, y el FMI, y entraría en el Banco de España y cogería dinero (que al cogerlo se haría también invisible) para dárselo a esa chica que está siempre donde el semáforo de Hermanos Pidal con la cara pintada de blanco. Y a las cien mil más que hay en los cien mil semáforos más.

Le pondría la zancadilla a Bush en su rancho y laxante a Aznar en sus batidos proteínicos después de jugar al paddle. Me enteraría de las pócimas de algunos laboratorios farmacéuticos y socializaría el remedio de la tuberculosis, de la enfermedad del sueño, del chagas, de la malaria, y entonces podrían fabricarse mucho más barato en los países en desarrollo para que pudieran erradicar las pandemias. Iría a Japón, a Melbourne, a Alaska y a Kamchatka. Estaría en Nueva Zelanda y en Madagascar.
Vería la cara al Subcomandante Marcos y descubriría al mundo entero, que hay un lugar repleto de lucha, dignidad y ejemplo en cada grano de arena, que se llama Sahara Occidental.

Y tras repartir dinero, estar en Guantánamo y grabar lo que se hace dentro, tras viajar a la India, aprender a meditar y soltar a los perros y gatos y burros y caballos y pájaros de sus jaulas....

volvería a pulsar mi botón de visible, me acurrucaría contigo en silencio... y besándote pensaría porqué no habré escogido poder parar el tiempo....

la noche de san juan

Día de playa, de sal en la piel y arena entre el pelo, día de calor en el cuerpo que continúa a pesar de una ducha casi fría al llegar a casa. Así nos vamos a la playa de nuevo, nos sentamos en la arena alrededor de la hoguera y dejamos que el fuego nos embruje con ese magnetismo casi insoportable. Esa noche, los ojos brillan más que nunca, y nos afanamos en seguir al dedillo todo tipo de ritos mágicos que harán de los próximos 12 meses un viaje inolvidable. Siempre hay confusión, los hay que dicen que en un papel debemos escribir las cosas menos buenas que nos han pasado ese año y lanzarlo a la hoguera para que el fuego las destruya, otros dicen que lo que lo que las llamas deben consumir son los deseos que tenemos para el nuevo año por estrenar... lo cual demuestra, como la mayoría de las veces, que el futuro, por suerte, está por inventar, por descubrir y que la vida... es siempre una oportunidad.
Tras años de quemar y destruir los deseos, de quedarme con las cosas menos buenas y al revés, últimamente medito a ratos con el fuego. Me quedo hipnotizada por su luz y su movimiento y pienso que tenemos suerte de vivir donde lo hacemos, de compartir con quienes lo hacemos, de tener cerca a ese tipo de personas que tienen un plus, una estrella invisible que son capaces de dejar en cada cosa que hacen. Sólo necesitamos salud, gente a la que amar, a la que admirar, y risas que nos llenen el alma. Aún así, a pesar de las creencias, no me resisto a concentrarme con todas mis fuerzas en algún sueño, en algún deseo.... por si acaso.

viernes, 18 de junio de 2010

gracias



Pintaba bien el día, es viernes, y por fin los rayos de sol rellenan al menos el poso de nuestros embalses vacíos de energía.
Todavía quedaban reuniones y trabajo, pero ahora que ya no quedaba gente en la planta, iba a poner a Dylan a cantar para mí, a romper el silencio y la calma que se quedan atrapados en el edificio un viernes a las casi tres de la tarde.

Pero ha muerto mi Saramago, el vuestro, y algo se apagó por dentro. Era mayor, ya lo sé. Tenía 87 años, y la suerte de una cabeza brillante hasta el último momento. Tan brillante, que quizás ese tipo de personas no deberían de morir nunca.

Creo que ya no voy a poner música, ya me apetece el silencio y la calma intactos, tal cual. Para pensar, para pensar en las letras de Saramago, porque sin sus ideas, no vamos a ninguna parte.

Os dejo con la última entrada de sus otros cuadernos, con fecha de ayer:

Creo que en la sociedad actual nos falta filosofía. Filosofía como espacio, lugar, método de reflexión, que puede no tener un objetivo concreto, como la ciencia, que avanza para satisfacer objetivos. Nos falta reflexión, pensar, necesitamos el trabajo de pensar, y me parece que sin ideas, no vamos a ninguna parte.

miércoles, 16 de junio de 2010

bolivia


Por estas latitudes, el sol se hace más sol y la luna... la luna, sigue llena de magia.

Estos días los rayos ya entran con fuerza por las rendijas de las persianas , y aunque hoy ha sido día gris, el sol se deja entrever, por fin, ya sale, aunque no aprieta, y yo sigo sintiendo frío. Me da que poco tiene que ver con el termómetro ... pero al menos abraza con ternura, acaricia lindo, con dulzura.

Esperé al final del día para escribir, hoy, cuando la luna entra en la fase creciente. Dicen que en este momento, la energía se encuentra en su punto más álgido, que es buen tiempo de comenzar, de crecer, de fortalecer, de empezar. Dicen que son días de crear, de que las semillas germinen con rapidez, de visualizar el horizonte, ese horizonte, que cada vez que damos dos pasos se aleja otros dos y que nos sirve para caminar... como dice mi Galeano.

A 10.000 kilómetros, allende los mares, dicen que el mundo continúa, que tras cruzar el océano, volvemos a encontrar la misma tierra que emerge, volvemos a toparnos con mujeres y hombres hermanos, como los que habitamos a este lado del mar.... No es cierto. El mundo no continúa, la tierra que uno pisa ya no es la misma y las miradas son otras. Y es que no es el mismo mundo, sino que nace uno nuevo. El sol es otro, y la luna...


El teatro tiene un telón, que sube y que baja. Tras el telón se mascan los nervios, la gente corre de un lado a otro, unos chillan y otros cierran los ojos intentando aislarse del resto que les rodea. Hay miradas tensas, caras desencajadas, y gente que camina de un lado a otro susurrando su papel una y otra vez.

Se podría decir que todo es teatro, pero todos sabemos que la verdadera función comienza cuando sube el telón, cuando no hay marcha atrás, cuando o tempo se para y los minutos por sí mismos tienen valor, autonomía, identidad, cuando el tiempo solo es uno, único, y los artistas se lanzan con el latido de saber que solo hay una oportunidad.

Se van los nervios, los miedos, se van las incertidumbres, se van, y tan solo te queda un arma, la más potente, la más letal y la más dulce, el alma, para enfrentarte al público, para regalar la pasión que cada uno porta.

Y es que aunque todo es teatro, lo real, lo mágico, está delante del telón.


Así llegué a la conclusión de que no es tan verdad que la tierra que está al otro lado del océano sea la misma, que sea el mismo mundo. Estando allí, algo me decía que el sol era otro y que aquella luna, no podía ser la misma que acá.

Dicen los franceses que la lune est menteuse, porque cuando está creciente dibuja un C invertida, como una D de decreciente, que nos lleva a engaño. Sin embargo en el hemisferio sur, la luna aún estando en la misma fase, se ve sincera y dibuja un C perfecta. Allí, por aquellas latitudes, donde la vida respeta sus ritmos, entre cuñapés, arcilla roja, naturaleza y mosquitos, entre sonrisas, bailes y cerveza, allá donde no queda tiempo para ensayar, para planear.... el océano se convierte en telón, y es en ese Macondo, donde la vida no se finge , no se interpreta, no se atropella...y tan solo cuentas con un arma, la más real, la más fuerte, el alma, para llevar a cabo el único papel de tu vida.

Se podría decir que todo es el mismo mundo, se podría decir que todo es teatro, pero algo me decía, que la verdad en Bolivia, era más verdad, que la vida no se planeaba y tan solo se vivía y que la luna de aquellas noches, era más luna que cualquiera.


Desde esta luna embustera y creciente que veo desde mi cristal, ese a través del que continúo mirando el mundo, entre bastidores, pienso en Bolivia... sigo pensando en Bolivia

martes, 15 de junio de 2010

fin de temporada

No importa a que hora me levante, que día sea o lo que me espere la nueva jornada. No importa si he dormido plácidamente o he tenido una pesadilla horrible.. todo se olvida cuando una abre los ojos y piensa: desayuno.
Es un ritual, es mi momento de cada día, donde me mimo, donde cuido cada detalle sin prisa, un rato en calma desayunando lentamente viendo la prensa, el informativo, o escribiendo...
Me entierro en mi puf rojo, vigilando que todo esté a mi vera para no tener que levantarme... y disfruto como nadie de ese primer momento del día.

Pero hoy ha sido terrible. Como mujer de rutinas no dejo mi desayuno al azar. No. Mi primera parte comienza con la naranja. Adoro las naranjas. Y de la misma manera que no se puede explicar esa sensación de morder un gajo grande de una naranja dulce que se deshace en la boca.... duele compartir cuando una se encuentra al morder una naranja que está seca, que tiene pepitas, que los bordes de sus gajos son correosos, que no está buena!! Ya venía como un par de semanas temiéndome lo peor, porque algunas veces, ya no era lo que era, pero luego venía una naranja maravillosa y yo pensaba: tranquila nena, esto solo ha sido una pesadilla pasajera....
Pero esta mañana, he tenido que comprobarlo con 3 naranjas, con 3! Y fue terrible.....

Sólo compro naranjas en 2 sitios, y creedme, he probado todos. Pero hay dos sitios, especialmente uno, que casi nunca me falla, con lo que... no es cuestión de ESTAS naranjas, es mucho más grave que todo eso, es cuestión de LAS naranjas.
Definitivamente, ya llegó, y he de asumirlo: se acabó la temporada....

Hoy he comenzado el desayuno con el amargor de las naranjas que se fueron al cubo de la basura, y con una fantástica rodaja de melón, una vez superado el shok... Saboreando el melón, eché de menos a la naranja, pero en realidad, el melón me ofrecía su sabor suave y dulce y su textura maravillosa, y pensé en lo fácil que es olvidar un mala naranja con un melón estupendo...

Quizás debería sentirme un poco mal... quizás la tristeza debería haberme durado al menos un par de días... Pero disfrutaré del melón y de la sandía... Y alguien se imagina lo que será reencontrase con las naranjas después del verano? Quién quiere naranjas amargas a estas alturas teniendo todo lo bueno de este ciclo?

Siempre tenemos que elegir, y siempre hay para escoger.. Ojalá todo fuera tan fácil como la transición entre la naranja y el melón, aunque.... no es la vida una sucesión continua de temporadas?


sí, yo hago política (aunque sea políticamente incorrecto)

Estaba explicando en qué consistía mi trabajo.. Y si difícil de entender es para mi entorno ácrata…más difícil lo es para alguien de otro continente. Él cometió el error de mostrarse interesado… quizás por educación y cortesía, pero lo hizo..... y erró.

No siempre somos las mismas personas, no siempre el rol que desempeñamos es el mismo ni nuestros comportamientos son idénticos estemos con las personas que estemos o a pesar del contexto que nos rodee. Pero si en algo coinciden todos los que me conocen, es en la descripción de mi persona como un ser pasional.

Así que dejándome llevar por mi rasgo característico y una servilleta de papel, intenté explicarle cómo era el sistema electoral en nuestro país. Qué eran las Cortes, las Comunidades Autónomas y sus Gobiernos, qué eran los Ayuntamientos, cómo se elegían a sus representantes y que era un concejal, un consejero o un ministro. Le conté por qué en algunos sitios gobernaba más de una fuerza política, cómo se decidía y en medio de ese maremágnum, dónde me ubicaba yo.
Y llegó su segundo error, y fue realmente mostrarse más interesado y preguntarme una y otra vez cuando no me explicaba bien en alguna cuestión y él no lo comprendía. De esta forma me regaló alas para hablar y contar aquello que tanto me apasiona...
En un momento, me paré, le miré y dije -menudo tostón que te estoy metiendo, voy a parar…- Él se rió, y contestó- no, estoy aprendiendo mucho, ahora cuéntame un día de tu trabajo- y yo seguí hablando. Fue cuando entonces, se hizo un silencio, se quedó pensando, y me dijo algo así como - Es decir… tú eres, tú eres política!



Creo que bajé la mirada, sonreí, y titubeando dije - bueno… sí, sí, hago política, pero de izquierdas, de izquierda unida eh??

Caminando hacia el coche, me puse a pensar en mi reacción. En por qué había contestado con tan poca seguridad, con reparo. Algunas veces, tenemos demasiado miedo de lo que la gente pueda pensar de nosotros, especialmente de aquella gente que acabamos de conocer, porque con muy poca información, ya es probable que tengamos una etiqueta sobre nuestras cabezas. Todos las ponemos… Y en este caso, la etiqueta de política en estos momentos, pesa demasiado.

Siempre pensé en que todos teníamos el deber de cambiar un poco de mundo en la medida de nuestras posibilidades, quizás sabiendo que las mayores injusticias no son nuestra responsabilidad, y que casi es imposible que podamos cambiarlas todas, pero actuando como si lo fueran y como si realmente pudiésemos hacerlo, como dice Saramago.
Creo que cada persona que habita en cualquier lugar del planeta, tiene una pequeña burbuja sobre la que puede actuar, sobre la que puede incidir para mejorar la vida finita que tenemos. Puede hacerse desde la soledad de nuestra burbuja, puede ser a través de una asociación, de un grupo de amigos, puede hacerse desde cualquier estructura que nos inventemos juntando nuestra lucha con otras, y puede y debe hacerse desde la política. Ese es el único objetivo.

La política está en todos lados, en el lugar en el que vivimos, en la casa que habitamos, en el transporte que utilizamos para ir de un lado a otro o en lo que nos cuesta la barra de pan cada día. Está en los medios de comunicación, en la gestión de los recursos naturales, en nuestro trabajo y en nuestro salario. Está en nuestra familia y en su bienestar, en la decisión de si tendremos hijos o no, en cómo es nuestra educación, y si todos podemos ir al médico y poner una escayola. Todo es política, porque al final todo consiste en gestionar una tarta.
¿Cómo usamos y distribuimos lo que la tierra nos da? y ¿Cómo gastamos lo que nosotros aportamos al planeta?

Siempre creí que quien se dedica a la política debe ser más generoso que cualquiera, va a dedicar las horas de sus días a intentar mejorar la vida del resto. Pero hoy, el mundo pocas veces lo gestionan personas que se dedican a la política, sino que lo gestiona el dinero, o lo que se conoce como algo que llaman "mercado". El sistema capitalista que impera en el mundo para gestionar los recursos sean de la índole que sean, es manejado por algo tan etéreo como el "mercado", que a su vez fue ensalzado como Rey entre los pocos que tienen tanto...
Desde entonces, la riqueza que nos pertenece a todos, la de la tierra, y la que nosotros aportamos al planeta, está en manos de esos pocos y la inmensa parte del resto del mundo, carece de su porción de tarta. Los hay, que ni saben que hay tarta….

El "mercado" es rico y poderoso, es avaricioso y tentativo… con lo que muchos de los que hacen política, que entienden que la política la hace el mercado, que entienden que el sistema es este, y es el único, se rinden a sus pies.
Es entonces cuando la clase política queda devaluada, cuando los intereses personales y partidistas toman relevancia, cuando alguna (mucha desgraciadamente) gente que trabaja en política se corrompe y dejan atrás las ganas que tenían de cambiar el mundo. Es entonces cuando los hombres y mujeres dejan de creer en las personas que hacemos política, cuando se escucha eso de "todos son iguales". Dejan de creer que alguien puede dedicar las horas de sus días a intentar mejorar la vida de todos y empiezan a pensar que sólo el poder les mueve a dedicarse a ello.

Yo hago política, sí, aunque no sea políticamente correcto decirlo. Trabajo en política y creo que es la herramienta imprescindible para que el planeta sea de todos. Trabajo en política durante este trecho, y desde aquí me dedico a exprimir mi burbuja en equipo, como en su día lo hice con igual pasión en asociaciones, en estructuras de juventud, en el instituto, y como seguiré haciendo desde cualquier lugar del globo. La única diferencia es que la responsabilidad es mucho mayor, es que continuamente uno debe de estar revisándose aquello de la coherencia, y porque esta burbuja que formamos abarca a mucha más gente. Hago política en este trecho porque creo en ella y porque ruego a los míos que me digan si algún día pierdo en el horizonte para qué dedico mis horas. ¿Es utopía? Quizás sí, pero decía mi Galeano:

La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos más y el horizonte
se corre diez pasos más allá.
Entonces, ¿para qué sirve la utopia? Pues para eso, sirve para caminar.

domingo, 13 de junio de 2010

cosas de tréboles


Necesito la luz. Es increíble. En mi terraza tengo una maceta con tréboles. Menuda tontería! estaréis pensando, pero mi peter pan me regaló semillas de trébol, con la esperanza de que algún día saliese uno de 4 hojas. Un trébol de la suerte.



Mis tréboles necesitan un montón de agua, así que cada mañana, salgo en pijama a la terraza, observo el cielo, les relleno su plato y rastreo a ver si aparece mi trébol, ese que da suerte, dicen. Si el día anterior ha hecho día gris, los tréboles están decaídos, con un verde más oscuro, todos mirando hacia el mismo lado... pero si el día anterior ha hecho sol, su verde es más lindo, están erguidos, tiesos, oteando todo lo que se mueve alrededor como un pequeño ejército descontrolado, cada uno mirando a un flanco.

A veces pienso si yo también seré un trébol que me mustio sin luz, y si lo soy, porqué coño no me acaba de crecer mi cuarta hoja, la de la suerte, la del equilibrio, la de la simetría, la de la originalidad y extraordinariez, que hace que todo el mundo quiera encontrarse entre todo el campo, un maldito trébol de cuatro hojas...
En fin, que este trébol que sigue teniendo tres, hoy está erguido y verde lindo, porque tras un día de esos gris, donde te llovizna un poco por dentro y el cielo te acompaña sin un rayo de luz, ha salido el sol por el este.

Y es que al final, sea como sea el día, mañana el sol vuelve a salir por el este.

sábado, 12 de junio de 2010

por qué un blog?

Escribir es mi terapia, lo es sin ninguna duda. Lo que no tengo claro es qué combate esta terapia, si es la timidez o la incapacidad de decir según qué cosas, si aplaca el nerviosismo y escribir me relaja, o si es una manera de reflejar y materializar lo que pienso para enfrentarme a ello y encontrar, una vez más, mi sitio.
Creo que es una necesidad, sí, además de una terapia es una necesidad hacerlo, como lo es una cuestión de ego el compartirlo. Antes, escribía solo para mí, en cuadernos que ni sé por dónde andan, escribía y escribía, y ahí se quedaba.. sin más. Pero de un tiempo a esta parte, necesito compartir de alguna manera lo que escribo, quizás porque alguna gente de la que aburro hasta la saciedad con mis epístolas, se les ocurrió la mala idea de decir que les gustaba... Así que ya no pude parar... escribo y escribo sobre todo y nada en particular, escribo sobre lo que muchísimos pensamos.
No esperes encontrar por estos lares nada nuevo, ninguna idea brillante, ni reflexiones de calado intelectual.. nada de eso. Solo son pequeñas historias vulgares, pensamientos tan míos como de cualquiera, reflexiones de lo común de los días, de aquello que pasa desapercibido... y que probablemente sea el tejido del que está hecho nuestra vida, pero que muchas veces no nos paramos a observar.
Por justicia escribo este blog, para dar la libertad a los sufridores de mi incontinencia epistolar a elegir, cuándo ellos quieran, asomarse a esta ventana de cristales de colores a través de la cual miro el mundo.

Por último, escribo este blog porque una buena amiga me convenció, porque aunque ella piense que no es así, me enseña cada día que la ilusión no siempre aparece sin más, sino que también se construye a base de empeño, que la risa a veces no llega por sí misma y que hay que salir a buscarla, que todos tenemos miedo, pero la diferencia está en ser o no valiente, que su lista de pequeñas cosas que te hacen feliz, es fiel reflejo de su capacidad para crecer, para estar continuamente creciendo.

A vosotros, a mis guerrilleros y compañeros en este trecho, os dedico mi kamchatka.