domingo, 13 de junio de 2010

cosas de tréboles


Necesito la luz. Es increíble. En mi terraza tengo una maceta con tréboles. Menuda tontería! estaréis pensando, pero mi peter pan me regaló semillas de trébol, con la esperanza de que algún día saliese uno de 4 hojas. Un trébol de la suerte.



Mis tréboles necesitan un montón de agua, así que cada mañana, salgo en pijama a la terraza, observo el cielo, les relleno su plato y rastreo a ver si aparece mi trébol, ese que da suerte, dicen. Si el día anterior ha hecho día gris, los tréboles están decaídos, con un verde más oscuro, todos mirando hacia el mismo lado... pero si el día anterior ha hecho sol, su verde es más lindo, están erguidos, tiesos, oteando todo lo que se mueve alrededor como un pequeño ejército descontrolado, cada uno mirando a un flanco.

A veces pienso si yo también seré un trébol que me mustio sin luz, y si lo soy, porqué coño no me acaba de crecer mi cuarta hoja, la de la suerte, la del equilibrio, la de la simetría, la de la originalidad y extraordinariez, que hace que todo el mundo quiera encontrarse entre todo el campo, un maldito trébol de cuatro hojas...
En fin, que este trébol que sigue teniendo tres, hoy está erguido y verde lindo, porque tras un día de esos gris, donde te llovizna un poco por dentro y el cielo te acompaña sin un rayo de luz, ha salido el sol por el este.

Y es que al final, sea como sea el día, mañana el sol vuelve a salir por el este.

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