Piensas que el pasar de los días te ayuda. Que cada día será mejor, estarás más centrada, irás recuperando de nuevo tu realidad sin sobresaltos, con la rutina y la cotidianidad necesarias como para sentir de nuevo que esta es la vida que te pertenece.
Pero lo cierto es que no es cierto, lo real es que esta vida no es real, y que la pena crece, que hoy estoy un poco más triste que ayer, que es más duro que lo fue el primer día que llegué, que arrastro los pies como si llevase una losa invisible encima, que no me entero, que no tengo ganas, que me aburren las conversaciones de política, y de realidad.
Llevo todo el día vomitando, y vomito ausencia, y vomito añoranza y melancolía que por alguna parte busca vía de escape. Me agota pensar pensar que tengo que... tengo que... no quiero. No quiero tener que... quiero querer, quiero querer querer, quiero sentir que me quieren a raudales, que soy amor por la parte del derechas y del revés, que me cae a bocajarro si me sacuden boca a bajo por los pies. Quiero amor incondicional, quiero querer luchar, quiero saber por qué lo hago, quiénes son mi bandera, quiénes comparten mi batalla, porque quiero sentirme invencible, porque necesito vuestras manos para sentirme heroína..
Ayyy, león, que bueno sentirte, que bueno saber que estás ahí.. pero que duro vivir contigo a este otro lado...
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