miércoles, 9 de marzo de 2011

libertad

Esta mañana, desayunaba como siempre en mi puf, después de que un maravilloso despertador me pusiese suavemente en funcionamiento. Ahí estaba con los informativos y el ordenador mirando qué de nuevo hay en este mundo.... y cielos! sí que hay cosas nuevas...

Resulta que en Texas, está a punto de aprobarse definitivamente por el señor Gobernador republicano, un tal Perry, una medida que pretende obligar a aquellas mujeres que se vayan a someter a un aborto, a escuchar el latido del feto 24 horas antes. No importa si estás embarazada de tu padre que lleva 3 años violándote...tendrás que escuchar el latido del feto.

Texas, estado miembro de los Estados Unidos de América, la primer potencia mundial... ahí donde puedes tirotear a tu vecino si entra en tu jardín con la escopeta que te ha regalado Cajatexas por domiciliar tu cuenta... sí, ahí, en ese país..

Libertad. Que palabra más linda, más vejada, más incomprendida, más grande...

Cuanto más mayor me hago, más radical me vuelvo en algunos posicionamientos, ciertamente que son los menos, y sólo las grandes balanzas se inclinan más decididamente de un lado u otro, pero en la mayoría de cuestiones, cada vez veo más matices, cada vez visualizo mejor el pensamiento del contrario, cada vez intento con más afán entender que la verdad, la verdad es subjetiva, única para su poseedor, intransferible, que mi verdad no es más verdad que cualquiera, ni menos que las demás, es mía, la mía, y mía se debe quedar. Esto es un ejercicio fatigoso, por aquello de que los seres humanos, por encima de todo lo demás, somos un cúmulo de contradicciones, ya sabéis... y estos planteamientos o se tienen muy en firme, o continuamente te descubres traicionando estas premisas, planteando tu verdad, como la más grande... yo lo hago constantemente...

Libertad. Qué paradoja. Mi abuelo peleó en una guerra y perdió. Peleaba por poder votar, por poder decidir, peleaba por la libertad. Aún habiendo perdido, no le perdonaron, y tuvo que esconderse mucho tiempo porque si no le mataban. Los hijos y nietos de aquellos, hoy pueden votar, pueden votar a la Falange Española, por ejemplo, que nunca condenó los miles de muertos que tiraron a las cunetas, pero pueden votarlos. A Sortu no pueden, porque esos no condenan lo suficiente. ¿Doble vara? ¿Contradicción?

Lo cierto es que el luchador por la libertad, lo tiene que ser con todas las consecuencias. No sé puede pelear sólo* por tu verdad, porque se queda minúscula, inservible, insignificante entre todas las demás. La que pelea por la libertad de género, debe hacerse para que la mujer pueda decidir, pueda optar, por ejemplo, a promocionarse en su trabajo y ser una buena profesional y no renunciar a ser madre, porque podrá dejar a su niño en una escuela pública de 0 a 3 con total garantía y a un precio que pueda pagar con su sueldo. Y debe pelear para que la que quiera se quede en casa haciendo calceta y esperando a su marido y a sus 6 hijos.
Para esta mujer, la primera será una trepa mala madre. Para la primera, esta mujer amantísima y madre será una vejada y una sometida. No importa, porque pueden escoger.

Abortos siempre los hubo, y los hay, y los habrá. Nunca me he visto en la difícil tarea de tener que decidir. No creo que sea un plato de buen gusto, no creo que nadie que no tenga sus razones sopesadas, claras y más que suficientes, lo haga. No tengo claro ni siquiera qué decisión tomaría. Pero tengo derecho a tomarla. Porque abortos siempre los hubo, pero de dos clases, de las que se jugaban la vida, la reputación y la dignidad en cualquier matasanos ilegal que se ofrecía a practicar el aborto, o las que podían pagar un avión que las llevase un fin de semana a Reino Unido a una clínica privada y volvían el lunes a continuar las clases en la Sección Femenina para ser una buena esposa y madre cristiana.

Libertad es que cada uno pueda escoger, que las opciones de vida, de pensamiento, de actitud ante la vida, sea la que cada uno elija sin tropezar con los derechos del otro. Pienso que tiene que estar prohibido que una farmacia no venda preservativos, cuando hoy por hoy es la única vacuna que tenemos contra el VIH. Nadie obliga al farmacéutico/a que lo use, solamente que me permita a mí usarlo si a la una de la mañana de un sábado, es la única farmacia de guardia abierta.Pienso que a nadie se le debería de obligar vivir cuando ya no quiera hacerlo, cuando considere que su vida ya se ha acabado, cuando sienta que ha perdido su dignidad...

Sé que tendrían que cortarme las manos antes de votar a la Falange Española, creo que tendrían que ponerme una losa de mil kilos sobre los hombros antes de agacharme a besar el anillo de un Papa, que abortar sería dificilísimo, que para creer en un dios católico y todopoderoso deberían de practicarme una lobotomía, y que no sería lo suficientemente valiente como para pedir fin a una vida ya vivida.
Pero lo mejor, es que no importa. Solo son mis opiniones, mis decisiones. Y esto no significa que no vaya a seguir peleando por lo que creo, aburriendo a las piedras que quieran oírme de que mi verdad, es más verdad que cualquiera, que mis los pensamientos que he elegido para vivir, para entender el mundo, son los más acertados. Ojalá logre convencer a todas las mujeres del mundo que utilicen preservativos, que se protejan, que se queden embarazadas cuando ella, o ella con su compañero o compañera lo decidan. No antes. Pero si eso pasara, si al final el embarazo llegase.... que tengan las garantías para poder elegir.

Esa es la Libertad, no la de las barras y estrellas americanas...

* Yo continúo poniendo tilde en sólo. Es mi libertad 

domingo, 6 de marzo de 2011


"Si sientes el dolor de los demás como tu dolor, si la injusticia en el cuerpo de la injusticia que hiere tu propia piel, si la lágrima que cae del rostro desesperado fuere la lágrima que también tú derramas, si el sueño de los desheredados de esta sociedad cruel y sin piedad fuere tu sueño de una tierra prometida, entonces serás un revolucionario, habrás vivido la solidaridad esencial"



Falleció Alberto Granados, compañero de Ernesto Guevara de la Serna y dueño de La Poderosa, en su primer viaje por Latinoamérica allá por 1951. Falleció en Cuba, con 88 años, creyendo como nunca en la Revolución. Hasta su último día, difundió el mensaje del Che, aportó sus vivencias y anécdotas al lado del fúser y murió convencido de la necesidad de mantener en la memoria colectiva el idealismo y la necesidad del socialismo, de lucha ante la injusticia y la solidaridad entre los pueblos.
Fue protagonista y testigo, del despertar revolucionario del Che, cuando pronunció aquellas primeras palabras que serían la base sobre la que construir la Revolución: "...me siento patriota de América Latina, de cualquier país de América Latina, en el modo más absoluto, y tal vez, si fuera necesario, estaría dispuesto a dar mi vida por la liberación de cualquier país lationamericano, sin pedir nada a nadie..."

Ernesto Guevara de la Serna, El Che

miércoles, 2 de marzo de 2011

... y quien se acerca, se enciende

Un hombre del pueblo de Neguá, en la Costa de Colombia, pudo subir al cielo.
A la vuelta, contó.
Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos. - El mundo es eso- reveló -. Un montón de gente, un mar de fueguitos.

Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás.

No hay dos fuegos iguales. Hay gente de fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego loco, que llena el aire de chispas; algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman, pero otros, arden la vida con tantas ganas que nos se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.

Galeano